Un cohete alcanza la base de la ONU en Líbano, bajo mando de un general español, sin causar bajas | Internacional

El Gobierno libanés ha informado este domingo de la caída de un misil en el cuartel general de la ONU en el sur de Líbano, que dirige el general español Aroldo Lázaro, sin que se produjeran daños personales. “El primer ministro, Najib Mikati, llamó al comandante de las fuerzas internacionales que operan en el sur de Líbano, general Aroldo Lázaro, para preguntarle por las circunstancias de la caída de un misil en el cuartel de la FINUL [Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano] en Naqura”, informó la Presidencia del Consejo de Ministros libanés. Mijati “se aseguró de que no ha habido bajas”, agrega la nota, que no aporta detalles sobre el origen del proyectil.

Fuentes militares indicaron a EL PAÍS que no se trató de un misil guiado, sino de un simple cohete —munición autopropulsada no guiada—, que impactó en una explanada en el interior de la base, mientras que otros proyectiles cayeron en el exterior. Afortunadamente, según las mismas fuentes, no se produjeron daños personales, a pesar de que no hubo alerta previa y los militares no habían podido protegerse en los refugios. Los primeros indicios apuntan a que los cohetes no procedían del sur (Israel) sino del norte (Líbano) y se quedaron cortos en su trayectoria hacia el país vecino.

El impacto de los proyectiles en el cuartel general de la FINUL se produce en medio de una escalada en el intercambio de fuego entre Israel y la milicia chií libanesa Hezbolá, aliada de Irán, que ha dejado ya un saldo de 16 bajas mortales desde que el pasado día 7 Hamás lanzara su ataque terrorista a gran escala.

Este domingo, la milicia chií ha anunciado un ataque con misiles teledirigidos contra la base de Hanita, en el norte de Israel, que habrían impactado contra dos carros de combate Merkava y un vehículo oruga acorazado, causando un número indeterminado de bajas. Según Hezbolá, este ataque es una respuesta por los bombardeos israelíes del pasado viernes y sábado, que causaron la muerte de un periodista de la agencia Reuters y de un matrimonio de civiles en el sur del país. Además de Hezbolá, las milicias palestinas que operan en los campamentos de refugiados también lanzan ataques contra Israel, aunque con armamento menos sofisticado.

La FINUL está formada por casi 10.000 cascos azules de más de 40 países desplegados entre el límite de Líbano con Israel (conocida como línea azul) y el río Litani. España aporta unos 650 militares y se ocupa de controlar el sector suroeste. Desde que se produjo el nuevo estallido de violencia en la zona, su jefe, el general Lázaro, ha ejercido una labor de buenos oficios para intentar que las hostilidades no se extiendan a Líbano, que se encuentra ya en una situación catastrófica. Hezbolá ha amenazado con abrir un nuevo frente en el norte si Israel emprende una invasión a gran escala de la franja de Gaza.

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