Los portugueses han girado a la derecha en las elecciones anticipadas celebradas este domingo en Portugal, aunque la victoria de la coalición conservadora Alianza Democrática (AD) ha sido tan ajustada que la incertidumbre se prolongó hasta cerca de la una de la madrugada. El cómputo definitivo no se sabrá hasta dentro de unos días. Con el 99% escrutado, AD tenía 79 diputados frente a los 77 de los socialistas, pero faltan aún por asignar cuatro escaños que se eligen en las circunscripciones de emigrantes y que no se conocerán hasta dentro de unas semanas.
La fragmentación de la Asamblea de la República se mantendrá igual, con la presencia de ocho formaciones (tres a la derecha y cinco a la izquierda), aunque esta vez con una clara preponderancia del bloque de las derechas. El giro del país, dos años después de otorgarle una mayoría absoluta al PS, ha sido contundente y castiga principalmente al partido donde se ha cocinado la actual crisis política debido a la dimisión de su primer ministro, António Costa, en noviembre pasado. La participación alcanzó el 66,23%, una cifra inusualmente elevada a la que no se llegó en ninguna de las cinco citas electorales anteriores.
Si la noche comenzó con unos sondeos que vaticinaban un triunfo claro del proyecto de cambio de Luís Montenegro, al frente de la AD, el avance del escrutinio mostró una resistencia socialista mayor de la anticipada. Aunque la candidatura de Pedro Nuno Santos, que sucedió a Costa en el liderazgo del partido, ha experimentado un retroceso importante en comparación con 2022, cuando lograron una histórica mayoría absoluta con 120 diputados. A pesar de la escasa distancia en votos (AD aventajaba al PS en dos mil sufragios con el 99% del recuento), Pedro Nuno Santos reconoció su derrota y zanjó cualquier especulación sobre su futuro. “El PS será oposición y no dejará esa lideranza a Chega”, avisó el líder socialista. “Nuestro camino comienza hoy para recuperar a los descontentos”, dijo. En su intervención aseguró que no obstaculizará la formación de gobierno de Luís Montenegro, pero también avisó de que no será “el soporte” del ejecutivo conservador.
En conjunto, el resultado de las elecciones anticipadas celebradas este domingo suscitó una gran incertidumbre sobre la gobernabilidad del país ya que AD solo sumaría mayoría absoluta con Chega, rotundo triunfador de la noche. El avance del partido de André Ventura fue inapelable y superó el millón de sufragios. Su presencia en el Parlamento, con el 99% del recuento, pasaba de 12 a 48 diputados, lograba representación en todos los distritos del país excepto Bragança, en el norte, y se convertía en el más votado en el Algarve, donde la extrema derecha conquistaba los dos escaños que perdían los socialistas. Ventura, que consolida su espacio como tercera fuerza parlamentaria, se mostró exultante por “el fin del bipartidismo”.
A su llegada a la sede donde celebró su triunfo, aseguró que los resultados demostraban que los portugueses desean un Gobierno de AD y Chega. Una idea que reiteró en su discurso de celebración: “El pueblo dijo que la derecha tiene que gobernar y nuestro mandato es para gobernar Portugal los próximos cuatro años”. Ventura interpretó los resultados como “un ajuste de cuentas” contra el “secuestro de la izquierda” de las instituciones y prometió empezar de inmediato “a liberar Portugal de la extrema izquierda” y “de la ideología de género”.
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La respuesta de Montenegro llegaría después de la una. Ante las insistentes preguntas de la prensa, el líder de AD dejó claro que no abrirá la puerta del Gobierno a la ultraderecha. “Naturalmente cumpliré mi palabra”, dijo. “Sería una tremenda maldad hacia mí, hacia mi partido y hacia la democracia si no la cumpliese”, agregó. Montenegro también confió en que “Partido Socialista y Chega no construyan una alianza negativa” contra el futuro Gobierno conservador. “Lo que se espera del PS no es que se adhiera a nuestras propuestas sino que respeten lo que ha elegido el pueblo”, indicó. Montenegro, que trasladará su disponibilidad para formar Gobierno al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que iniciará ahora la ronda de consultas con todos los partidos, admitió que le aguarda un “gran desafío” que exige “mucha capacidad de diálogo por mi parte”. “De la misma forma que fuimos capaces de sumar en esta candidatura, vamos a agregar en el Gobierno”, subrayó.
Para estas elecciones, Montenegro decidió recuperar una coalición histórica, la Alianza Democrática, con la que su partido ganó por primera vez unas elecciones tras el fin de la dictadura. Junto al Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), la coalición integra al Centro Democrático y Social-Partido Popular (CDS-PP, derecha conservadora) y al Partido Popular Monárquico (PPM), dos formaciones que no tenían presencia en la Asamblea de la República. Los monárquicos son una fuerza anecdótica, aunque el CDS-PP es un partido histórico que participó en la redacción de la Constitución portuguesa. Los resultados del domingo significan el regreso del CDS a la Cámara y, además, su entrada en el Gobierno. En su discurso, Montenegro no aclaró si invitaría a participar en su futuro gabinete a representantes de Iniciativa Liberal (IL), una formación con una visión ultraliberal en la economía y las políticas públicas. Su líder, Rui Rocha, y Montenegro se fotografiaron durante un almuerzo hace unos meses para exteriorizar su voluntad de llegar a acuerdos poselectorales. Los liberales tendrán ocho escaños, los mismos que en la pasada legislatura.
El resultado del domingo confirma a Chega como un partido político de crecimiento vertiginoso en apenas cinco años. Desde las filas socialistas se lamentó que el avance de la extrema derecha se produzca cuando van a celebrarse los 50 años de la Revolución de los Claveles, que acabó con la dictadura en Portugal en 1974. “El Partido Socialista debe hacer una fuerte oposición y prepararse para enfrentar lo que viene, que se prevé que no será bueno para los portugueses”, subrayó la ministra Ana Catarina Mendes. “Son los socialistas los que deben estar vigilantes y no dejar caer la democracia”, agregó.
António Costa, que había afirmado en campaña que la extrema derecha no crecería tanto como predecían las encuestas, señaló este domingo que habrá que analizar las razones de la subida de Chega. “Tenemos que intentar comprender cuánto tiene de estructural y cuánto puede resultar de unas elecciones realizadas en un cuadro coyuntural atípico, tras una crisis de inflación y subida de tipos de interés enormes. Hay que ver cuánto responde a una mudanza de fondo de la sociedad portuguesa y cuánto es voto de protesta”, indicó.
En el bloque de la izquierda, la única alegría fue para Livre, que pasó de uno para cuatro diputados y podrá formar grupo parlamentario. El Bloco de Esquerda conservó los cinco escaños sin que la renovación en el liderazgo con la economista Mariana Mortágua le haya beneficiado en las urnas, mientras que el Partido Comunista Portugués, que se presentaba por primera vez con Paulo Raimundo, perdió dos de los seis diputados que tenía, algunos en feudos simbólicos del Alentejo, que han ido a manos de Chega.
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