La Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia ha confirmado este miércoles la muerte del jefe de la compañía de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, tras estrellarse el avión en el que viajaba. Los 10 pasajeros que iban a bordo han muerto, según el Ministerio de Emergencias. Desde el entorno de Wagner confirman que en el aparato viajaban tanto su jefe como uno de sus comandantes más importantes, el ultraderechista Dmitri Utkin, antiguo agente del servicio de inteligencia del ejército y que participó en la incursión rusa en la región ucrania de Donbás tras la anexión ilegal de Crimea en 2014.
“Se ha iniciado una investigación sobre la catástrofe del avión Embraer que ha ocurrido esta noche en la región de Tver. Según la lista de pasajeros, entre ellos figuran el nombre y el apellido de Yevgueni Prigozhin”, ha confirmado la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia. Se trata de un Embraer Legacy 600, número de cola RA-02795. Las autoridades informan de que el aparato se estrelló en torno a las 18.40 de Moscú, 17.40 de la España peninsular, junto a la aldea de Kuzhenkino.
Este siniestro se produce a los dos meses del motín que Prigozhin protagonizó contra el Kremlin. Entonces, columnas de blindados se dirigieron durante horas a Moscú, en lo que supuso la mayor amenaza que ha conocido el presidente Vladímir Putin en sus más de dos décadas en el poder.
“El jefe del Grupo Wagner, héroe de Rusia, un verdadero patriota de su patria, Yevgueni Viktoróvich Prigozhin, murió como resultado de las acciones de los traidores de Rusia. ¡Pero incluso en el infierno será el mejor! ¡Gloria a Rusia!”, aseguró Grey Zone, un canal de Telegram próximo al empresario. Este grupo acusa al Ministerio de Defensa que dirige Serguéi Shoigú, declarado enemigo de Prigozhin, de haber derribado el avión con un sistema antiaéreo.
“Acabo de hablar con unos destacados “músicos” [el apodo que reciben los miembros de Wagner]. Confirman la muerte de Yevgueni Prigozhin y Dmitri Utkin”, ha asegurado el presidente del movimiento ultranacionalista Juntos con Rusia, Vladímir Rogov. El medio ruso Fontanka también señala que en el aparato viajaba la plana mayor de los mercenarios, según aseguran sus fuentes en San Petersburgo, ciudad en la que tenía su centro de operaciones el emporio del empresario conocido como el chef de Putin.
Tras el fracaso de la asonada, Putin prometió un indulto a los miembros de Wagner en su mensaje a la nación pronunciado dos días después. Pero el mandatario dejó entrever que no olvidaría la rebelión al diferenciar entre sus líderes y sus soldados. “La inmensa mayoría de los combatientes y comandantes del grupo Wagner son también patriotas rusos”, enfatizó el presidente ruso. “Los organizadores de la rebelión traicionaron a su país, a su pueblo, traicionaron a quienes se vieron arrastrados al crimen. Les mintieron, les empujaron bajo fuego para disparar contra los suyos”, agregó.
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El motín del 23 y 24 de junio fue la última línea roja cruzada por Prigozhin. Antes había roto la ley del silencio del Kremlin al mostrar los cadáveres de sus soldados al mismo tiempo que profería insultos contra el ministro Shoigú por no armar a sus hombres. ”Estos compañeros murieron ayer. Por hambruna de munición. Una quinta parte, ¡una quinta parte! Madres, mujeres e hijos recibirán sus cuerpos ¿Quién es el culpable de sus muertes? El culpable es aquel que no resuelve el suministro de munición. Al final de la lista [de suministros] debería aparecer la firma de [el jefe del Estado Mayor ruso] Valeri Guerásimov, o de Shoigú. No quieren tomar la decisión. No quieren que Wagner exista”, denunciaba Prigozhin en un sombrío vídeo el pasado 22 febrero, cuando estaba a punto de cumplirse el primer aniversario de la guerra.
Prigozhin había reaparecido este lunes en un país indeterminado de África. Supuestamente indultado por el presidente Putin a cambio de trasladar el Grupo Wagner a Bielorrusia, el empresario difundió un vídeo en el que aparecía ataviado con un traje de camuflaje y un rifle de asalto. “Estamos trabajando”, aseguraba el jefe de los mercenarios. “Temperatura, más de 50 grados, como nos gusta. El Grupo Wagner realiza tareas de reconocimiento. Hacemos que Rusia sea aún más grande en todos los continentes y que África sea aún más libre”, manifestaba el empresario casi dos meses después de desafiar al mandatario.
Prigozhin entró en los años 90 en los círculos del Kremlin. Fue en San Petersburgo, de donde procedían el presidente ruso y su entorno, gracias a su negocio de catering. Amplió sus servicios al poder con la factoría de trolls que enturbió elecciones de diversos países y con la compañía de mercenarios. Tras haber negado la existencia de Wagner desde que sus hombres intervinieron en la región ucrania de Donbás en la primavera de 2014, solo reconoció que esta compañía era una realidad comenzada ya la invasión del país.
“Putin no perdona a nadie”
La misma tarde del miércoles, al poco tiempo de conocerse el siniestro del avión, comenzaron a llegar las primeras reacciones internacionales. “No sé exactamente qué ha pasado, pero no estoy sorprendido”, aseguró el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que recordó la frase que había dicho cuando le preguntaron por el destino de Prigozhin tras el fracasado motín: “Tendría cuidado”. Sobre la responsabilidad del presidente ruso en lo sucedido, Biden no parece tener muchas dudas. “No ocurren muchas cosas en Rusia que no tengan a Putin detrás”, respondió.
En la misma dirección apuntó el Gobierno de Ucrania. Mijaílo Podoliak, asesor del presidente Volodímir Zelenski, que pidió esperar hasta que se aclare la situación. “Mientras, es obvio que Putin no perdona a nadie. Estaba esperando este momento. También es obvio que Prigozhin firmó su pena de muerte en el momento en el que creyó en las ‘garantías’ de Lukashenko y la igualmente absurda ‘palabra de honor’ de Putin”, escribió en la red social X, antes Twitter, el asesor de Zelenski.
La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, aseguró a la CNN: “Si se confirma, muestra que Putin elimina a sus oponentes y atemoriza a cualquiera con una opinión distinta de la suya”.
Destitución de su aliado Surovikin
El siniestro se ha producido el mismo día en el que se filtró la destitución de su aliado, el general Serguéi Surovikin (Novosibirsk, 56 años), como jefe de las Fuerzas Aeroespaciales de la Federación de Rusia a causa de su cercanía con la compañía de mercenarios.
Tras los reveses de otoño del año pasado en los frentes de Járkov y Jersón, el Kremlin eligió a Surovikin el 8 de octubre de 2022 como comandante único de sus fuerzas en Ucrania. Su primera medida fue organizar una retirada ordenada de la ciudad de Jersón al lado opuesto del río. La segunda, fortificar sus nuevas líneas y comenzar una campaña continua de bombardeos contra las infraestructuras civiles ucranias que incluyeron las centrales eléctricas en pleno invierno.
Prigozhin, enfrentado abiertamente a Shoigú y Guerásimov, aplaudió abiertamente el nombramiento de Surovikin en octubre de 2022. También lo hizo el líder checheno, Ramzán Kadírov, en aquel entonces un firme defensor en público del jefe de Wagner.
El presidente de aquella república del Cáucaso comenzó a distanciarse de Prigozhin a principios de este año, cuando Surovikin fue sustituido por el jefe del Estado Mayor, Guerásimov, y el dueño de Wagner comenzó a verter en público unas críticas cada vez más duras contra el Ministerio de Defensa ruso por no suministrarle la munición que exigía en la ofensiva de Bajmut.
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