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Hay muchas emociones diferentes que afectan la forma en que vivimos e interactuamos con los demás. Nuestras decisiones, acciones y percepciones están influenciadas por las emociones que experimentamos en ese momento. Y ahora, gracias a la película»fuera 2′Empezamos a hablar aún más sobre un tema que tratamos todos los días: nuestras emociones.
Como señala el nutricionista y experto en gestión de emociones Fran Sabal, “a medida que vamos creciendo van surgiendo diferentes emociones que no sabemos cómo afrontar porque nadie nos enseñó”, y aconseja que desde pequeños es importante mirar directamente a nuestros sentimientos, que provocan ansiedad y estrés por saber de dónde vienen y por qué. «De esta manera conectamos con nuestra propia sabiduría interior y somos capaces de encontrar soluciones a lo que nos preocupa sin recurrir a vías de escape como la comida u otras cosas que nos hagan no pensar en aquello que nos tortura». , dice. tales películasDe adentro hacia afuera 2son cruciales para que los niños mejoren su relación con las emociones y no dejen que esto afecte su vida adulta.
Así empiezan a funcionar las emociones
Las emociones forman parte de nuestra vida diaria desde la infancia, por eso es importante enseñarlas y enseñarles a distinguirlas, a escucharlas, para que no conduzcan a comportamientos negativos.
EL terapia de conducta cognitiva explica que según cómo pensamos, sentimos, según cómo sentimos, actuamos, y según cómo actuamos, tendremos resultados. Fran Sabal, fundador de la Escuela de Nutrición Emocional, señala la importancia de que los niños aprendan modelos a seguir que les enseñen a gestionar sus emociones: “La sentimientos Son parte de nosotros y es importante entenderlos para poder vivir en armonía con ellos. Es muy común que les enseñen que existen emociones buenas y malas; cuando sería mejor identificarlas simplemente como emociones y así no emitir juicios sobre lo que sienten.
«Al mismo tiempo, es importante observar lo que sienten, incluso si están sentimientos desagradables y no intentar silenciarlos lo más rápidamente posible. Por lo general, cuando quieren escapar de sus sentimientos, recurren a los alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas y azúcares, porque están fácilmente disponibles y porque se ha demostrado que los alimentos producen lo mismo a nivel cerebral. una respuesta a la felicidad y a la evitación del sentimiento presente, al igual que las drogas o el tabaco», afirma Fran Sabal.
La serotonina es el neurotransmisor que contribuye al bienestar y la felicidad, pero dejarse llevar por comer esta sensación tan especial no le hará ningún bien a tu mente ni a tu salud porque solo te llevará unos tres minutos. Esto significa que el niño necesita comer cada vez con más frecuencia para poder sentirse tranquilo por un tiempo.
Según Fran Sabal, esta hambre emocional que se da en los niños es más común de lo que parece, y en muchos casos es fruto de lo que ven a su alrededor: «Es importante que los adultos enseñen a los niños que la comida no soluciona los problemas. ni para calmar las emociones nos sentimos incómodos y su función es nutrirnos.
Otro factor que lleva al silenciamiento de las emociones con la comida es que recurren a alimentos ultraprocesados, muy ricos en calorías y con alto contenido de azúcares refinados, que son poco nutritivos y repercuten directamente en su salud. Alrededor del 40% de los niños en España tienen sobrepeso u obesidad, según un estudio de la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Para que aprendan a gestionar sus emociones y aprendan a distinguir el hambre real del hambre emocional, debemos mantener una relación de confianza con ellos. Tomarse el tiempo para saber cómo se sienten es muy efectivo. De esta manera, liberan sus sentimientos, definen sus emociones y, gracias a compartirlas, pueden trabajarlas mejor”, afirma el especialista.
La importancia de la gestión de las emociones
“En términos de nutrición emocional, trabajamos en aprender a gestionar esas emociones, ya sea tristeza, angustia, ansiedad, etc. dieta equilibrada y saludable, por lo que cuando estamos abrumados por estas emociones o sentimientos, podemos recordar que la comida nutre nuestro cuerpo y, por lo tanto, resulta más fácil no permitirnos la comida a pesar de tales situaciones. resolverlo”, dice Fran.
Su función es nutrirnos y garantizar que nuestro cuerpo esté adecuadamente nutrido para que todos nuestros sistemas funcionen. Por lo tanto, sintamos lo que sintamos, nuestra forma de comer no debe estar condicionada de ninguna manera, porque no puede solucionar nuestros problemas, a lo sumo lo que logramos con la comida es como el efecto de la medicina en el cerebro, lo que nos genera felicidad momentánea, lo que nos hace que en ese momento olvidemos todo lo que sufrimos.
El problema que esto crea es que a la larga nos volvemos adictos a la comida, y no sólo no curamos la ansiedad o el estrés, sino que además engordamos y nos volvemos menos saludables.
Aprende a gestionar tus emociones
Es importante observar detenidamente los sentimientos que nos provocan ansiedad y estrés para saber de dónde vienen y por qué. De esta manera, conectamos con nuestra propia sabiduría interior y somos capaces de encontrar soluciones a lo que nos preocupa sin tener que recurrir a la comida u otras cosas que nos distraigan de lo que realmente nos molesta. Necesitamos sanarnos y cuidarnos para no utilizar la comida como vía de escape.
Además, es muy común categorizarlos como “buenos o malos”. Llamamos «bien» a las que nos gusta sentir y «malas» a las que no queremos sentir y rechazamos, pero no pensamos que las emociones en sí no sean ni buenas ni malas, simplemente lo son, y si aparecen , entonces por una razón .
En la Escuela de Nutrición Emocional buscan el mensaje que nos trae cada emoción: “se abre la puerta, lo invitamos a entrar en nuestra “casa” (nuestro interior), lo miramos de frente, dándole espacio. Se lo merece y hablamos con él», explica el especialista.
Más a menudo que no quedémonos como estamos y enmascaramos estas emociones y la droga socialmente aceptada a la que tenemos acceso desde muy pequeños es la comida, olvidando que la comida nunca podrá solucionar lo que sentimos, que no es más que una tirita.
«Es muy importante ser conscientes de que esta situación puede mejorar. Hay diferentes formas de trabajar nuestras emociones, a mí personalmente me gusta hacerlo a través de la Programación Neurolingüística, el Mindfulness, la Inteligencia Emocional y el ‘Mindful Eating’”, concluye Fran Sabal.
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