Donald Trump inició la semana con temor a que le embargasen la torre Trump, el estandarte dorado de su imperio inmobiliario, al no poder reunir la liquidez suficiente como para pagar una fianza judicial. La acaba como uno de los 350 hombres más ricos del mundo, con una fortuna valorada en casi 7.500 millones de dólares (unos 7.000 millones de euros), según el índice de multimillonarios de Bloomberg. Nunca Trump había sido tan rico como hasta ahora.
Al tiempo, nunca su fortuna había sido tan incierta y volátil. La mayor parte de su patrimonio ―concentrado en acciones de su red social, Truth— no puede hacerlo efectivo y hay el riesgo de que se volatilice tan rápido como se ha fraguado, antes de que pueda aprovecharlo.
Para delirio de los trumpistas, a la riqueza que —al menos sobre el papel— ha logrado el expresidente, se une la ironía de que es consecuencia del veto que sufrió en las redes sociales por incitar a la violencia en vísperas del asalto al Capitolio. Fue suspendido tanto en Facebook como en Twitter en enero de 2021. Tuvo un intento fallido en mayo de ese año de lanzar sus mensajes a través de una página web, a la que bautizó como Desde el escritorio de Donald J. Trump. Luego, acogió un plan presentado por dos antiguos colaboradores de su programa de televisión El Aprendiz para crear una réplica de Twitter.
Con ello nació Truth Social, cuya valoración en Bolsa es económicamente absurda. Desafía la lógica. La facturación de TMTG, la empresa dueña de la red, entre enero y septiembre de 2023 fue de solo 3,4 millones de dólares, mientras que sus pérdidas fueron de 49 millones de dólares. La compañía ha incurrido históricamente en pérdidas operativas y flujos de caja negativos y espera seguir haciéndolo en un futuro previsible, según admite en el folleto de colocación. Sin embargo, vale en Bolsa 8.400 millones de dólares (y hasta 12.700 millones si en el cómputo se tienen en cuenta las acciones pendientes de emitir).
Trump es, con diferencia, el principal accionista, con aproximadamente un 58% del capital. El expresidente declaró oficialmente su participación en la empresa este jueves ante la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC). En su notificación, Trump comunica que es titular directo de 78,75 millones de acciones. Esos títulos cerraron la última sesión a 61,96 dólares por acción, así que su paquete accionarial está valorado en 4.879 millones de dólares. Pero no solo eso: el expresidente también notificó que tiene derecho a recibir otros 36 millones de acciones como premio si se cumplen ciertos hitos con la cotización que van camino de cumplirse, así que en cuestión de semanas, Trump podría lograr esos 36 millones de títulos adicionales, valorados a precio de mercado en otros 2.230 millones de dólares.
Hay un gran asterisco que poner a esa riqueza. Trump ha firmado en la operación un compromiso de no vender las acciones por un periodo de seis meses que empezó a contar el martes. El consejo, en manos de personas cercanas al expresidente, podría autorizarle a vender antes, pero el mero anuncio podría provocar un desplome, lo mismo que la salida de abundante papel al mercado. En seis meses, a uno y medio de las presidenciales, nadie sabe a qué precio cotizará la empresa ni a qué precio podría vender parte de sus acciones.
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Trump también es la estrella de su red social, en la que tiene 6,9 millones de seguidores (frente a los 87 millones que conserva en X, donde está inactivo). El presidente y principal accionista de la empresa tiene un acuerdo para dar prioridad a Truth en sus publicaciones en redes sociales.
TMTG vale más que The New York Times Company, que logró en 2023 unos ingresos de 2.426 millones de dólares y un beneficio de 232 millones. La red social de Trump desafía cualquier métrica. Cotiza a más de 1.500 veces sus ingresos. Nvidia, el valor estrella de la Bolsa gracias a la inteligencia artificial, cotiza a 38 veces su facturación. Facebook salió a Bolsa con una valoración de unas 12,5 veces sus ingresos cuando estaba en plena rampa de crecimiento.
Si lo que se comparan son los usuarios, se repite el sinsentido. La red social fue lanzada en el primer trimestre de 2022 y en el folleto de la salida a Bolsa, registrado el mes pasado, la empresa sostiene que ha logrado “un total aproximado de 8,9 millones de registros en Truth Social a través de iOS, Android y la web”. Pasando por alto el hecho de que no todos los registros implican usuarios activos, la valoración de Truth Social supera los 900 dólares por usuario registrado, frente a los 147 dólares por usuario activo de Reddit, los 80 dólares de X y los 46 dólares de Snapchat, según datos de Reuters.
Un valor meme
Aunque ese precio no resista un análisis económico, lo cierto es que la cotización se sostiene durante días con un volumen de negociación en Bolsa considerable, así que nadie se atreve a adivinar qué pasará con la cotización a corto plazo. Es un título que se mueve a impulsos irracionales, muchas veces transmitidos por las propias redes sociales. Durante meses, la cotización de GameStop, que sobrevive desinflada, desafió los fundamentos económicos, pero también lo hicieron otros títulos como AMC o Bed, Bath & Beyond, que acabaron en la bancarrota, arruinando a sus accionistas. A esos títulos se les bautizó como valores meme y la empresa de Trump es la última incorporación al grupo.
En el caso de Truth Social, el hecho de que Trump sea candidato republicano a la presidencia —y favorito provisional en las encuestas— añade picante al menú. “Los inversores de Trump pueden estar apostando a que ganará las elecciones en noviembre y utilizará Truth Social como portavoz de la Casa Blanca, atrayendo más usuarios y anunciantes a la plataforma. No es una apuesta descabellada, ya que las encuestas muestran que Trump supera al presidente Biden”, sostenía el Wall Street Journal, la Biblia de las finanzas estadounidenses.
La empresa editora de la red social, llamada Trump Media & Technology Group (TMTG), se fusionó con una sociedad que consistía básicamente en un cheque al portador por 300 millones de dólares. Se trataba de Digital World Acquisition Corp (DWAC), una Spac, esto es, una sociedad creada específicamente para acometer una fusión o adquisición. Tras años de obstáculos y tropiezos, la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC) aprobó el folleto de la operación en febrero. La junta de DWAC aprobó el viernes pasado la fusión y esta se hizo efectiva el lunes, cuando ya la sociedad adoptó su nuevo nombre y se ejecutó la inscripción en el registro.
Pese a que el lunes ya cotizó como empresa fusionada, convencionalmente los honores de estreno bursátil se reservaron para el martes, cuando el código de negociación de las acciones de la empresa pasó a ser DJT, las iniciales del expresidente. Trump Hotels and Casino Resorts, que salió a Bolsa en 1995, ya usó ese mismo código. En 2004 se declaró en bancarrota y fue excluida del mercado, pero esa es otra historia.
Con cada paso, la cotización de las acciones se ha ido disparando. Los títulos de DWAC/DJT se han revalorizado un 374% en los últimos 12 meses; un 302% en seis meses, y un 255% en lo que va de año. Según la opinión de Dan Coatsworth, analista de inversiones de AJ Bell, recogida por Reuters, “la cotización y la valoración de hoy no se corresponden en absoluto con el negocio subyacente y sus perspectivas”.
“TMTG aspira a construir una potencia mediática y tecnológica que rivalice con el consorcio mediático progresista”, sostiene el folleto de la salida a Bolsa. “TMTG se fundó para luchar contra las grandes empresas tecnológicas —Meta (Facebook, Instagram y Threads), X (antes Twitter), Netflix, Alphabet (Google), Amazon y otras— que, en su opinión, confabulan para restringir el debate en Estados Unidos y censurar las voces que contradicen su ideología woke”, añade utilizando un tono despectivo para las ideas progresistas.
La empresa reconoce que necesita atraer a los votantes republicanos a su red para ser viable y admite que si Trump pierde popularidad o surgen nuevas polémicas que dañen su credibilidad o el deseo de la gente de utilizar una plataforma asociada a él, los resultados de las operaciones se resentirán.
“El éxito futuro de TMTG dependerá, en gran medida, de la presencia y popularidad continuas del presidente Trump”, subraya el apartado de advertencias. “Si el presidente Trump interrumpiera su relación con TMTG por fallecimiento, incapacidad, condena penal, encarcelamiento o cualquier otro motivo, o limitara su implicación (…) debido a su actual candidatura a un cargo político”, la empresa “se vería significativamente perjudicada”, avisa.
El documento hace un repaso también de algunos de los precedentes empresariales de Trump, incluida la bancarrota de varias de sus empresas (“no se puede asegurar que TMTG no vaya a quebrar también”, dice) y otros escándalos del pasado.
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